La educación enfrenta un momento decisivo en el mundo. En numerosos países compromisos adquiridos hace años aún no se traducen en aulas dignas, inversión justa ni igualdad real. Estos fallos no son casuales. Requieren respuestas claras hoy para evitar que millones de niños y niñas queden sin acceso al aprendizaje básico.
A pocos años de finalizar la Agenda 2030 solo el 35 % de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aparecen encaminadas a cumplirse. Educación, como parte del ODS 4, es una de las más rezagadas. Millones de menores siguen fuera del sistema educativo: se estima que 272 millones de niños y niñas aún no asisten a la escuela. Factores como la deuda externa, la falta de financiamiento internacional, políticas de austeridad y la polarización política agravan la exclusión.
En regiones como el campo de refugiados de Kakuma en Kenia, maestros como Pauline Nyokabi enseñan biología y química en aulas sin electricidad, sin internet ni bibliotecas. En Chad la educación preescolar rural permanece como privilegio inaccesible. Currículos técnicos en Honduras funcionan sin respaldo oficial adecuado.
Hacia una educación inclusiva y de calidad
Es posible revertir este escenario si la educación se convierte en prioridad política. Se necesita inversión sostenida y coherencia entre lo que se promete y lo que se ejecuta. Asimismo, contar con docentes suficientes, condiciones de infraestructura dignas y medios de aprendizaje adecuados es esencial. Las comunidades educativas exigen justicia educativa, no solo relatos inspiradores.
Se requiere corresponsabilidad entre gobiernos, sociedad civil y organismos internacionales. También urgencia para eliminar brechas estructurales de género, pobreza, origen migratorio y discapacidad. Las promesas de la Agenda 2030 siguen siendo relevantes y necesarias.
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Datos que apelan a la acción
El secretario general de Naciones Unidas señaló que solo un tercio de las metas globales están en buen curso. Se proyecta que 84 millones de niños y niñas podrían seguir sin haber pisado una escuela dentro de cinco años, si no se actúa con decisión.