Aula chilena con estudiantes aprendiendo sobre alimentación saludable y actividad física para prevenir obesidad infantil
Infancia con sobrepeso, futuro en riesgo

Infancia con sobrepeso, futuro en riesgo

No se trata solo de kilos, sino de oportunidades de vida. En Chile, la obesidad infantil ha dejado de ser una preocupación sanitaria aislada para convertirse en un desafío país, con profundas implicancias en el sistema educativo, la economía y la equidad social. La situación exige una respuesta articulada desde múltiples frentes, pero especialmente desde la educación.

El Mapa Nutricional de JUNAEB 2024 reveló que más del 54% de los estudiantes de primero básico tiene exceso de peso. Esto no solo compromete su salud física, sino también su bienestar emocional, su autoestima y su rendimiento escolar. La obesidad limita el aprendizaje activo y sostenido, y muchas veces deriva en ausentismo, discriminación o retraimiento social.

Educación y salud: un vínculo urgente e ineludible

Las escuelas deben ser espacios de transformación. Si bien existen programas de alimentación y actividad física, estos resultan insuficientes si no se integran a una política educativa robusta que forme hábitos sostenibles desde la primera infancia. Incorporar contenidos sobre nutrición, salud mental y movimiento como parte del currículo es clave para revertir esta tendencia.

Además, resulta prioritario fortalecer la formación docente en estas materias. Profesores y educadores deben ser aliados activos en la promoción de estilos de vida saludables, no solo desde el aula, sino también como modelos positivos en la comunidad educativa.

El Ministerio de Salud anunció el rediseño del Plan Contra la Obesidad Infantil, incorporando medición de impacto, participación intersectorial y educación continua. Esta es una oportunidad histórica para vincular salud y aprendizaje en un modelo escolar más integral.

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