Frente a la devastación causada por el huracán Otis en Acapulco, Guerrero, es necesario analizar con mayor profundidad este tipo de fenómenos y hacer más estimaciones para tratar de determinar los daños potenciales que pudieran ocasionar, aseguró la doctora Claudia Rojas Serna, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Frente a estos escenarios “es preciso determinar cuáles son las zonas en riesgo y las posibles afectaciones a la infraestructura carretera y eléctrica, entre otras, ocasionadas por el oleaje, la marea de tormenta, los deslizamientos de tierra, las inundaciones por la lluvia y el desbordamiento de ríos.
El Servicio Meteorológico Nacional emite alertas con base en el monitoreo permanente del Centro de Huracanes de Miami, Florida, Estados Unidos, instancia que da aviso en muy corto tiempo, por lo que es imperativo aprovechar la cultura de estimación de huracanes, explicó la especialista.
La docente del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica, explicó que una hipótesis relacionada con la ocurrencia e intensidad de huracanes tiene que ver con el calentamiento del planeta y de los océanos, ya que proporciona mayor energía para su evolución.
“El niño” tiene influencia sobre el número de ciclones tropicales que se pueden formar en los océanos y se tienen registros que en 2020 también se presentó el evento de “La niña”, ambos fenómenos han traído huracanes que han afectado el territorio mexicano.
“El niño” trae variaciones en la atmósfera que incrementan la temperatura y ocasionan la formación de tormentas tropicales que van aumentando su intensidad hasta convertirse en huracanes, detalló la doctora Rojas Serna.
Fuente: UAM