La Universidad de Standford define el trastorno de ansiedad por separación (SAD por sus siglas en inglés) como “la preocupación y temor excesivos de estar separado de los miembros de la familia o individuos con los que el niño está más ligado”. Es una etapa de desarrollo normal en niños menores de tres años.
Debido a la pandemia y las restricciones que se han implementado para reducir los contagios por Covid-19 desde hace más de seis meses, los alumnos han pasado más tiempo en casa con sus familiares, demandando su atención y tiempo, incluso más que antes de que iniciara la cuarentena.
Todo esto se debe a que buscan aferrarse a aquello que los haga sentirse seguros ante esta época de cambios e incertidumbre. Las familias brindan seguridad y confort, por lo que es natural que los niños busquen apegarse a cualquier cosa estable para protegerse.
Los niños están experimentando un cambio que rompe con la socialización a la que se habían acostumbrado. La ausencia en las aulas, clases deportivas o de música; la convivencia en reuniones, parques, deportivos o plazas comerciales, se han sustituido con plataformas de videoconferencia, pero estas no ofrecen la misma experiencia de la convivencia y socialización en persona. Respecto al apoyo y la atención que reciben, sus padres son todo lo que tienen ahora.
Los niños pueden sentir ansiedad por separación resultado de la “nueva normalidad” y las repercusiones que tendrán al volver a las aulas. El estrés se manifestará en alumnos que vuelven a los niveles de educación básica por el tiempo que han pasado sin socializar fuera de sus casas, posiblemente volviéndose más retraídos al interactuar con quienes no han sabido de su cuidado durante la pandemia.
Síntomas del trastorno de ansiedad por separación
Los principales síntomas de este trastorno son los siguientes:
- Angustia excesiva al estar lejos de sus seres queridos o de su casa.
- Pensamientos recurrentes sobre qué pasaría si perdieran a un familiar.
- Estrés causado por estar constantemente pensando que algo malo les va a pasar, como por ejemplo, perderse.
- No querer salir de casa por miedo a estar lejos de sus papás.
- Miedo a estar solo en casa.
- Rechazar pasar la noche en cualquier otra casa si la familia no lo acompaña.
- Tener pesadillas sobre separarse de su familia.
- En caso de que la niña vaya a separarse de sus padres, porque alguno de ellos, por ejemplo, tiene que salir a trabajar, decir o fingir que se siente mal para hacer que se queden a cuidarla.