El episodio “Vuelvo enseguida” (“Be Right Back”), de la popular serie británica Black Mirror, planteaba un escenario que, al momento de su estreno, en 2013, era imposible.
Una joven, buscando superar la pérdida, recurre a una tecnología que le permite “revivir” a su difunto novio mediante inteligencia artificial (IA).
Para recrear la personalidad y manera de pensar del difunto, la inteligencia artificial se nutre de toda la información de este último: datos biométricos y pautas de comportamiento, publicaciones en redes sociales y mensajes en dispositivos digitales. El “revivido” es tan fidedigno que resulta escalofriante para la joven.
A una década del estreno de este episodio, particulares y empresas funerarias chinas alimentan herramientas de IA generativa como Midjourney (generación de imágenes) y ChatGPT (generación de texto) con fotografías, grabaciones y mensajes de los finados, con el fin de producir biografías y mensajes que prolonguen su presencia entre sus familiares, suscitando nuevas formas de culto y memoria mediadas por lo digital.
Creación de avatares
Esto no es un caso aislado, pues compañías como DeepBrain AI, especializada en creación de avatares mediante IA, o HereAfter, dedicada a crear biografías y dobles virtuales con IA, también ofrecen estos servicios.
En terrenos más populares y cotidianos, las biografías creadas por IA de todo tipo de personajes –presentes y pasados, políticos y anecdóticos, ficticios y reales–, son una tendencia creciente en redes sociales, con usos que van desde el entretenimiento hasta el engaño, pasando por la educación y difusión del conocimiento.
En todo caso, estas biografías implican dotar de vida y palabra a personajes ya fallecidos, como el rapero 2pac Shakur o a personajes encarcelados, como el futbolista Dani Alves.
Esto va de la mano con el uso de IA para poner a cantar a músicos ya fallecidos, como en el cover de “Thriller” interpretado por Freddy Mercury o la posibilidad de poner a pintores muertos, como Van Gogh, a pintar nuevamente y seguir creando.