México 2 agosto._ Julián Valdés y sus colaboradores en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM simplificaron la prueba de detección por PCR del virus que provoca la Covid-19, para lograr una versión más barata y rápida que las disponibles comercialmente y que, además, reduce los riesgos asociados con el manejo de muestras infecciosas.
La principal innovación en la prueba consistió en el diseño de un buffer o “solución amortiguadora”, cuyos componentes permiten inactivar el virus para su análisis sin necesidad de purificar el material genético de la muestra, como ocurre en otros protocolos que se usan masivamente para diagnosticar la presencia del virus SARS-CoV-2.
Actualmente, la prueba del IFC se usa sobre todo para realizar investigación y para identificar casos y rastrear contactos sospechosos; el equipo ha hecho más de 1500 pruebas desde el inicio de la pandemia. “En la cuarta ola de enero 2022, realizamos pruebas al personal de nuestro Instituto dos veces a la semana y ello permitió identificar muchos casos con y sin sintomatología”, detalló el especialista.
Dado que no se requiere un hisopado, la prueba –cuyo costo es menor a cien pesos– sería ideal para su uso en escuelas y guarderías como parte de la vigilancia epidemiológica.
Kit
El kit de colecta consiste en un tubo capilar con el que la persona recoge una pequeña cantidad de su propia saliva (20 microlitros) y la cual se mezcla con el buffer, que contiene un detergente, una proteasa (enzima que degrada las proteínas) y un inhibidor de RNAsas que impide que se dañe el material genético del virus, lo que dificultaría su detección.
Ya en el laboratorio de diagnóstico, la muestra de saliva con el buffer se calienta para inactivar al virus (ver infografía), y poder ser analizada mediante una prueba estándar de PCR (reacción por cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés) en tiempo real (qPCR).
La mayoría de los protocolos de diagnóstico realizan tres reacciones de PCR independientes para detectar dos genes virales y un control, por lo que, para reducir aún más los costos, el equipo del IFC optimizó el PCR para detectar en un solo tubo todos los blancos.