Niña en uniforme escolar escribe en cuaderno dentro de aula rural, símbolo de que la educación transforma vidas en México
La educación sigue siendo la llave para romper el ciclo de pobreza

La educación sigue siendo la llave para romper el ciclo de pobreza

Pocas realidades duelen más que saber que el lugar donde se nace aún determina el futuro. En México, nacer en pobreza y sin acceso a educación de calidad puede sellar el destino de millones de niñas, niños y adolescentes. El último informe del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) confirma que la movilidad social en el país sigue estancada.

De cada 100 menores que crecen en hogares sin escolaridad, 76 permanecerán en esa condición el resto de su vida. Esta cifra representa más que un dato estadístico: es un llamado urgente a reconstruir el sistema educativo con visión de justicia social. La escuela, entendida como espacio de formación y protección, aún no llega con las mismas oportunidades a todos los rincones del país.

Brechas educativas que persisten

La desigualdad en el acceso a educación básica, media superior y superior persiste. Los estudiantes de zonas rurales, indígenas o marginadas enfrentan mayores obstáculos para completar sus estudios. Además, los datos de agosto de 2025 revelan que solo 21% de quienes nacen en hogares sin estudios logra alcanzar niveles educativos medios o altos.

A pesar de ello, existen señales de esperanza. Políticas públicas que priorizan la primera infancia, la profesionalización docente y la conectividad digital están mostrando avances sostenibles. La inversión en becas y la expansión de modelos híbridos de enseñanza también han abierto nuevas rutas para combatir el abandono escolar.

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