La Universidad de Tecnología de Sídney (UTS) suspendió temporalmente la admisión de nuevos estudiantes en 120 de sus 615 programas, lo que representa cerca del veinte por ciento de su oferta. La medida, vigente hasta el final del semestre de otoño de 2026, forma parte de un plan de reducción de costos por 100 millones de dólares y ha encendido alertas entre el personal académico.
La decisión ha sido interpretada como una antesala de recortes de personal. Se estima que podrían perderse hasta 400 puestos, entre ellos 150 académicos y 250 administrativos. Facultades como Sociedad y Diseño, Salud y otras áreas ya enfrentan la suspensión de nueve orientaciones de estudio.
Entre los programas afectados de UTS se encuentran carreras de formación docente, consideradas esenciales en un contexto nacional de escasez de maestros, lo que refuerza el debate sobre la pertinencia de la medida.
Críticas a la estrategia institucional
El gasto cercano a cinco millones de dólares en consultores externos ha generado cuestionamientos sobre la priorización de asesoría privada en lugar de aprovechar el conocimiento interno. La disputa de con el sindicato NTEU, que se dirime en la Comisión de Trabajo Justo, mantiene la incertidumbre y limita la claridad sobre el alcance de los cambios.
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Según el sindicato NTEU, dieciocho universidades públicas en Australia han anunciado más de 3 mil 500 despidos en lo que va del año. Este panorama, que incluye los 400 puestos en riesgo en la UTS, aumenta la presión sobre la reputación institucional y plantea interrogantes sobre el compromiso con el bienestar del personal académico.