Alrededor del mundo “los anfibios se encuentran entre los vertebrados más amenazados debido a la pérdida de hábitat, la degradación ambiental y la expansión urbana. El axolote (Ambystoma mexicanum), una especie acuática en peligro crítico de extinción endémica del lago Xochimilco, ejemplifica estos desafíos”.
Con esas palabras inicia el artículo “Ecología del movimiento de ajolotes criados en cautiverio en humedales restaurados y artificiales: perspectivas de conservación para reintroducciones y translocaciones de anfibios”, publicado por PLOS One (https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0314257), en el que un equipo de investigadores del Instituto de Biología (IB) de la UNAM y la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), se dieron a la tarea de evaluar la viabilidad de los humedales restaurados y artificiales para la conservación del axolote comparando patrones de movimiento, tamaños de área de distribución y uso del hábitat.
Para Luis Zambrano, especialista del IB que participó en la investigación, las principales razones por las que el axolote y otros anfibios están amenazados es que “respiran por la piel”, haciendo que “cualquier cambio pequeño que suceda en el ambiente les afecta primero a ellos”.
“En el caso de los demás organismos vertebrados (mamíferos, reptiles, peces y aves) la piel o las escamas son como una coraza, pero a los anfibios les ayuda a respirar. Entonces un cambio pequeño en el agua, como un aumento de temperatura o un químico contaminante, los mata. Por esto la mayoría de ellos está amenazada de una u otra forma, pues a nivel global todos hemos afectado de alguna manera nuestros cuerpos de agua”, comentó sobre los motivos que los llevaron al experimento detallado en PLOS One.