Recién egresado del Tec estrena musical folklórico con música original que mezcla ritmos como el huapango, el son jarocho, el bolero ranchero y el corrido.
El primer contacto que Luis Diego Rodríguez tuvo con la música folklórica fue en la cocina de su abuela Amelia. Desde el fonógrafo, entre el vaivén de las ollas y el aroma del maíz, sonaba un acordeón que lo hipnotizó.
Años después, ese instrumento se convertiría en su emblema, su herramienta narrativa y su compañero inseparable en la búsqueda de un sueño: contar las historias de su gente a través de la música folklórica.
Ese sueño se concreta el próximo 11 de julio, cuando el Tec campus Estado de México, donde estrenará Ahí Nomás Quedó, un musical folklórico que él mismo escribió, compuso, arregló y dirigió.
La obra no solo marca el cierre de su etapa universitaria: es también el inicio de los proyectos que quiere seguir haciendo.
“Este musical es el proyecto más ambicioso y personal que he hecho. Me tardé tres años en sacarlo adelante. Me lo rechazaron dos veces, pero nunca dejé de creer en él. Ahora, por fin, existe”.
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