Con la Misión Tecuitlatl, la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Zacatecas (UPIIZ), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se suma a la investigación aeroespacial mediante el desarrollo de un mini fotobiorreactor para cultivo de microalgas, cuyo diseño y funcionalidad serán evaluados en condiciones estratosféricas a través de un vuelo de globo científico.
Así lo informó el doctor Hans Christian Correa Aguado, quien junto con el doctor Ramón Jaramillo Martínez, y el alumno de Ingeniería en mecatrónica, Omar Reveles, todos adscritos a la UPIIZ, participará en una estancia académica en instalaciones de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, como parte del proyecto Experimental Module for Iterative Design for Satellite Subsystems (EMIDSS), versión 7.
El vuelo de globos científicos, programado para agosto en Estados Unidos, es coordinado por la NASA, mientras que la participación del grupo mexicano, con el EMIDSS-7 es liderada por los doctores Mario Alberto Mendoza Bárcenas, del Centro de Desarrollo Aeroespacial (CDA) del IPN, y Rafael Prieto Meléndez, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Microalgas y oxígeno
El investigador de la UPIIZ explicó que el mini fotobiorreactor, denominado miniFBR, ha sido diseñado con el propósito de probar el cultivo de la microalga espirulina (Tecuitlatl en náhuatl) -que significa “alimento de los dioses”- en condiciones cercanas al espacio, particularmente porque estos microorganismos son capaces de producir oxígeno, de capturar o alimentarse de dióxido de carbono, de reciclar nutrientes y de generar biomasa comestible altamente nutritiva.
“Para los astronautas, y para los viajes espaciales, estas cuatro características son indispensables: producir oxígeno, consumir dióxido de carbono, reciclar nutrientes y generar alimento, por lo que la microalga espirulina es la biotecnología ideal para misiones espaciales de larga duración”, explicó el especialista politécnico.
El doctor Correa Aguado señaló que, además de los objetivos tecnológicos del proyecto, un beneficio adicional es la posibilidad de contribuir a mejorar la salud de los viajeros espaciales, pues en condiciones de microgravedad, los astronautas suelen experimentar deficiencias nutricionales, así como alteraciones en los sistemas inmunológico, nervioso y circulatorio.