Pueden tener bacterias y virus que vienen de los fluidos del cuerpo humano, los cuales son descargados al drenaje. Si se logran identificar y contar estos microorganismos, se podría saber si una enfermedad va a empezar a propagarse, explicó.
“Si detectamos que la población tiene cierto microorganismo, parásitos o virus, podemos atacarlo más puntualmente con visitas médicas muy enfocadas a tal problema; hacer estrategias públicas, por ejemplo, para atender y/o prevenir enfermedades entéricas”, argumentó la experta universitaria.
Ella y sus estudiantes realizan investigaciones que son novedosas porque se centran en analizar ríos, lagos y demás cuerpos hídricos que reciben descargas de aguas negras de las poblaciones aledañas, no en plantas de tratamiento. Esto es significativo, ya que en nuestro país solo 28 por ciento reciben tratamiento, el resto son vertidas a los cuerpos de agua sin procesarlas.
Sus estudios monitorean ambientes contaminados, con énfasis en determinar los microorganismos, patógenos y sustancias químicas existentes. Desde hace siete años se han concentrado en análisis sobre el agua.
El monitoreo permite observar si hay ocurrencia mayor a lo usual de algún patógeno; una enfermedad que se encuentre en vigilancia o si se trata de una nueva, es decir, emergente.
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