Escuela de transición y educación inclusiva
Este modelo responde a una necesidad creciente en estados fronterizos y de tránsito. Los niños migrantes suelen enfrentar interrupciones prolongadas en su aprendizaje, lo que limita sus oportunidades a futuro. Con aulas diseñadas para adaptarse a sus contextos, se garantiza que adquieran conocimientos básicos y reciban apoyo psicosocial. De igual manera, se trabaja en la construcción de valores comunitarios que refuercen la convivencia entre culturas.
Las escuelas cuentan con docentes capacitados para responder a realidades diversas. Además, se promueven metodologías flexibles que permiten a los estudiantes incorporarse sin barreras administrativas. En consecuencia, se abren caminos para que cada niño encuentre continuidad en su formación y logre incorporarse después al sistema educativo nacional.
El proyecto ha mostrado resultados alentadores en localidades donde la movilidad es constante. La experiencia demuestra que un modelo adaptable puede transformar no solo vidas individuales, sino también la dinámica social de las comunidades que reciben a familias migrantes.
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La Secretaría de Educación Pública reporta que desde agosto de 2025 más de 15 mil menores migrantes han recibido atención en espacios de transición. Esta cifra refleja un esfuerzo sostenido para reducir la deserción escolar y ampliar las oportunidades de desarrollo.