La educación mexicana enfrenta una nueva prueba de sensibilidad y responsabilidad institucional. El caso de Nicole, una estudiante de 12 años agredida por sus compañeras dentro de una secundaria pública en Tláhuac, reabrió el debate nacional sobre el bullying escolar y la urgencia de prevenir la violencia entre estudiantes.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) confirmó que, tras los hechos ocurridos en la Secundaria No. 324 “Alfonso Caso”, intervino con sus protocolos de atención y envió personal de la Unidad de Atención a la Mujer, Acoso y Situaciones de Integridad para brindar acompañamiento psicológico y jurídico. Sin embargo, especialistas advierten que los mecanismos actuales siguen siendo reactivos y no preventivos.
Educación y convivencia: prevenir antes de lamentar
México continúa entre los países con mayores índices de acoso escolar. El Observatorio Mundial de Bullying señala que siete de cada diez niños viven algún tipo de acoso o ciberacoso. De igual manera, la organización Bullying Sin Fronteras estima que estos casos aumentaron en los últimos dos años y que el fenómeno provoca más de 200 mil muertes al año por homicidio o suicidio vinculados.
Ante esta realidad, la especialista Virna Hernández plantea institucionalizar el Modelo IAP, basado en Investigación, Acción y Participación. Su objetivo es convertir la prevención del bullying en una política estructural, no en una reacción mediática. “Un alumno que golpea a otro no es un enemigo, es un niño con carencias emocionales que necesita atención y límites”, explicó.
Familias y escuelas: alianza clave contra el bullying escolar
Por otro lado, padres de familia reclaman a las autoridades una revisión profunda de los protocolos escolares y la formación del personal docente para detectar señales de violencia temprana.
La historia de Nicole simboliza la vulnerabilidad que viven miles de estudiantes, pero también la oportunidad de construir entornos escolares más empáticos. La prevención, el acompañamiento emocional y la participación comunitaria representan hoy el camino más sólido para erradicar el acoso y recuperar la confianza en las escuelas.