Los alimentos marinos como peces, mariscos, moluscos y crustáceos producen menos emisiones de gases de efecto invernadero, además de tener bajo impacto en tierra y agua en comparación con los procedentes de la ganadería u otros animales de abasto, expuso el director del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, Píndaro Díaz Jaimes.
Además, representan una alternativa más saludable por sus cualidades alimentarias como contenido de aminoácidos esenciales, proteínas de calidad y ácido graso Omega 3.
“Al ser cultivados contribuyen a evitar el impacto de la sobrepesca en especies cuyas poblaciones se encuentran en algún grado de sobreexplotación”, agregó durante la inauguración del foro “Horizontes azules. Ciencia encaminada hacia la agenda alimentaria”.
En el auditorio Agustín Ayala Castañares del ICMyL, Díaz Jaimes destacó que el objetivo del Foro es fomentar un diálogo productivo, facilitando el intercambio de ideas y la retroalimentación sobre los desafíos y las oportunidades que rodean a los también llamados “alimentos azules” ante el cambio climático.
Durante el encuentro académico -organizado por esa entidad académica y Environmental Defense Fund de México (EDF)-, el director general del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, organismo descentralizado de la Secretaría de Agricultura, Víctor Manuel Vidal Martínez, explicó:
“La acuacultura va a ser uno de los motores más importantes de producción de proteína animal en las décadas por venir”. En México se obtiene 83 por ciento de los animales marinos para consumo humano mediante la captura directa, mientras que 17 por ciento por acuacultura, que es la cría y producción de especies en ambientes controlados de agua dulce o salada.
El país cuenta con mil 725 embarcaciones mayores registradas y 76 mil 876 menores, lo que significa que la pesca artesanal es fundamental, enfatizó.