Ciudad de México 13 noviembre._ La UNESCO lanzó su nuevo informe mundial sobre el futuro de la educación titulado Reimaginar juntos nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación.
La UNESCO se refiere al contrato social. La educación puede interpretarse en términos de un contrato social -un acuerdo tácito entre los miembros de una sociedad para colaborar en pro del bien común-.
El nuevo contrato social para la educación debe unirnos en torno a un empeño colectivo y debe facilitar los conocimientos y la innovación necesarios para forjar futuros sostenibles y pacíficos para todos. Basados en la justicia social, económica y medioambiental. Y, al igual que este informe de la UNESCO, debe defender la función que desempeñan los docentes.
- Garantizar el derecho a la educación a lo largo de toda la vida. Este principio también debe abarcar el derecho a la información, la cultura y la ciencia, así como el derecho a acceder al conocimiento común y contribuir a él, a los recursos colectivos que la humanidad ha acumulado a lo largo de generaciones y que están en continua transformación.
- Fortalecer la educación en tanto que bien público común. En su condición de esfuerzo social compartido, la educación genera propósitos comunes y facilita que las personas y las comunidades prosperen en colectividad. Un nuevo contrato social para la educación no solo debería garantizar la financiación pública de la enseñanza, sino además debería incluir el compromiso de toda la sociedad de incorporar a todo el mundo a los debates públicos relativos a la educación.
¿En qué consisten las propuestas para renovar la educación?
- Es preciso que la atención pedagógica se desplace, desde las lecciones impartidas por un docente y centradas en la realización individual, a otra modalidad que haga hincapié en la cooperación, la colaboración y la solidaridad.
- Los planes de estudio, que suelen estructurarse como una cuadrícula de temas, deberían cambiarse para insistir en los aspectos ecológicos, interculturales e interdisciplinarios del aprendizaje.
- La enseñanza, que ahora se considera una práctica individual, debería transformarse en un esfuerzo más profesional y colaborativo.
- Las escuelas son instituciones necesarias en el mundo entero y es preciso preservarlas. Pero debemos abandonar la imposición de modelos universales y replantearnos el concepto de escuela, desde la arquitectura, los espacios y el uso del tiempo, hasta los calendarios y los grupos de estudio.
- En todas las etapas y todos los lugares en que se ejerce el aprendizaje, deberíamos dejar de pensar en la educación como algo que acontece sobre todo en la escuela y durante determinadas edades, y ampliar las oportunidades de aprendizaje para todos en cualquier tiempo y lugar.
¿Cómo podríamos alcanzar un nuevo contrato social para la educación?
Es posible lograr la innovación y el cambio en gran escala. El nuevo contrato social para el futuro de la educación podría hacerse realidad mediante millones de actos individuales y colectivos -actos de coraje, liderazgo, resistencia, creatividad y atención personal-.