El ecofeminismo nace desde el feminismo, la ecología, la sociología y la economía y asume que la mujer en la historia ha sido explotada, tanto como la naturaleza, a través del sistema capitalista, sostuvo la doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al impartir la primera conferencia magistral del Primer Congreso sobre Sustentabilidad y Socioecosistemas 2024, en la Unidad Xochimilco de esta casa de estudios.
Al exponer el tema Ecofeminismo, lucha alternativa contra la injusticia ecológica, la también coordinadora de la Maestría en Sociedades Sustentables de la UAM explicó que al igual que se habla de una explotación de la mujer, asimismo se puede hacer respecto de la tierra y por eso existe esta vertiente denominada ecofeminismo, término acuñado desde los años 70 del siglo pasado por la francesa Françoise d’Eaubonne en su ensayo “Feminismo o la muerte”.
La investigadora señaló que el feminismo ha planteado desde hace 100 años la necesidad de discutir en torno a la crisis ambiental del mundo y a que las razones de la misma se debían en cierta medida a que muchos de los encargados de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas y grandes multinacionales “eran principalmente hombres”, quienes ejercían el poder tanto en la naturaleza y como en las mujeres.
Crisis ambiental
En ese sentido, el ecofeminismo subraya que este liderazgo ha conducido a una crisis ambiental “porque se han tomado decisiones desde el poder, que no han sido adecuadas ni para la naturaleza ni para la mujer”, porque históricamente ha existido un dominio violento por parte de estas organizaciones, “y quienes realmente sufren esa violencia sea física, social, política o económica, son quienes quieren que cambie este mundo, mientras que los detentores del poder impiden esa transformación”.
La doctora Azamar Alonso explicó que por lo anterior la discusión sobre feminismo y ecofeminismo ha costado mucho trabajo en los organismos internacionales; es apenas a partir del presente siglo que se empieza a pensar el feminismo desde una perspectiva en que más mujeres ocupen cargos políticos, “pero no tanto por su capacidad, sino por pensar en una equidad y eso es algo que habría que discutirse”.
Indicó que es en este modelo que se fincan las bases para la explotación depredadora y para obtener distintos recursos de la naturaleza y de las mujeres y es la resistencia a propiciar cambios, la razón por la que no se ha logrado que se legisle con una visión de género, porque “no quieren que dicho modelo se modifique”.