El laboratorio Mostla del Tec de Monterrey explora 8 tecnologías biométricas que ya usan maestros, investigadores y estudiantes en proyectos educativos.
Estas tecnologías, por ejemplo, detectan si el corazón se acelera o hacia dónde está dirigiendo la mirada una persona, para después pasar a una etapa de interpretación de datos.
Lo anterior permite determinar si una persona está estresada, emocionada, relajada, si algo le gusta o le disgusta, de acuerdo a sus datos biométricos.
Esta información permite tomar decisiones en el plano educativo, según Andrés Ayala, líder de Proyectos de Innovación con Tecnología Emergente y Zona Biométricos, en Mostla.
Reforzar clases, analizar el proceso de aprendizaje dentro de un curso o justificar una innovación son algunas de las aplicaciones de estas tecnologías en el plano educativo.
La tecnología biométrica no solo se trata de desbloquear el celular con reconocimiento facial o huella dactilar.
Irving Hidrogo, director de Innovación con Tecnologías Emergentes del Tec de Monterrey, explica que este solo es un caso de uso, tiene muchas más posibilidades.