En promedio, los trabajadores mexicanos solo tienen 14 días de descanso retribuidos, a diferencia de otros países que llegan a brindar hasta 28 días.
Pero este periodo puede ser aún más corto, pues hay quienes lo ocupan para seguir laborando, lo que puede llegar a repercutir en contra de su salud física y emocional.
Erika Villavicencio, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, recomienda tener una desconexión total de las actividades laborales durante las vacaciones, ya que se ha demostrado que así se optimiza la concentración en las distintas tareas y hay mejores resultados.
Desconectar es crucial para nuestro bienestar y rendimiento. Cuando nos tomamos vacaciones, y nos alejamos de nuestras responsabilidades laborales, nuestra mente logra descansar. Esto permite reducir el estrés, mejorando nuestra concentración y evita el agotamiento, tanto físico como mental.
El descanso mental consiste en hacer una pausa para liberar la tensión acumulada y dejar de lado los pensamientos y preocupaciones que causan stress y ansiedad.
Dejar la oficina por unos días pero llevarse a cuesta sus responsabilidad, no es otra cosa que ausentarte en cuerpo pero continuar trabajando en tu mente (¡y sin percibir ningún tipo de remuneración!).
Existen distintos tipos de pensamiento que pueden acosarte durante esos días. Por ejemplo, respecto a la relación con tus jefes y compañeros, resultados pendientes o temores de ser despedido.
Sin importar cuales fueran, el resultado de estas ideas e imágenes en bucle (por que siempre son los mismos) son agotadores y muy perjudiciales.