En México, el índice de incidencia de caries infantil es alto y para atender el problema que representa la pérdida o daño de éstas por la citada causa, en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, se desarrolla un mantenedor de espacio que tendría diversas ventajas.
Cecilia Carlota Barrera Ortega, jefa de Sección de la Clínica Odontológica Acatlán, de la mencionada entidad universitaria, expuso que en su laboratorio se trabaja con un polímero sintético comercial llamado policaprolactona, que es biodegradable y biosintético.
Sus ventajas son: estar elaborado con un material novedoso, estético, funcional, con un costo menor, que se podría colocar en una sola cita, sin necesidad de mandarlo a fabricar en un laboratorio dental.
Ese material se hace funcional al agregarle nanopartículas de diferentes óxidos metálicos. “En el Laboratorio de Investigación en Nano y Biomateriales Dentales llevamos a cabo la síntesis de tales nanopartículas (diminutas, de aproximadamente 25 nanómetros) para darle a esa especie de andamio la propiedad de ser antimicrobiano y radiopaco (es decir, que al no ser atravesado por los rayos X, es visible en la radiografía como una zona blanca)”.
Enfermedad frecuente
La meta es obtener un mantenedor de espacio para aquellos pequeños que perdieron dientes o muelas debido a la caries temprana y que deben sustituirse porque de otra manera, cuando vengan los dientes permanentes, se presentará una maloclusión (o incorrecta alineación de los dientes), que es la segunda enfermedad más frecuente en menores, después de la caries.
Los andamios están diseñados para colocarse en un medio donde hay abundantes bacterias; esos polímeros se degradan con el tiempo, y al momento de hacerlo liberan las nanopartículas que carecen de efectos tóxicos, pero tienen antimicrobianos para ayudar a disminuir, en primera instancia, la caries y también la biopelícula conocida comúnmente como placa dentobacteriana.