Como maestro, puede ser una fuerza poderosa en la promoción de un clima de respeto. Edúquese y esté atento a las señales de que se está produciendo un ciberacoso, porque puede ser el adulto de confianza al que un estudiante recurre en busca de ayuda.
Primer paso: tomarlo en serio
El primer paso es tomarlo en serio. No solo los niños son niños. Tenemos que asegurarnos de que el acoso cibernético no sea un rito de iniciación. Si no cambiamos la cultura, estamos ayudando a los jóvenes a convertirse en víctimas.
Conéctese en línea, familiarícese con los sitios de redes sociales, la jerga y los términos. Es importante enfatizar un ambiente positivo y explicar qué no se tolerará el ciberacoso.
Reconociendo los signos
Mantenga su atención en el estado emocional de los estudiantes. ¿Un estudiante parece deprimido? ¿Retraído? ¿Están bajando sus notas de repente? Pase el rato en los pasillos y en el patio para buscar cambios en las relaciones. Con los niños más pequeños, puede ser que tengan dolor de estómago o quieran quedarse en casa.
Pida a los estudiantes que lo denuncien
La intimidación se detiene cuando los estudiantes hablan. Anime a los niños a que se nieguen a transmitir mensajes de ciberacoso.
Responder a un incidente
Si se entera de incidentes de ciberacoso, preste mucha atención inmediatamente después de que ocurra. Ese es el único momento para llegar realmente a la verdad. Más tarde, todos pueden ponerse en la misma página y emprender acciones para cambiar la historia.
Encontrar la respuesta correcta
Aunque debería haber consecuencias por el ciberacoso, muchos expertos dicen que no debería tratarse solo de castigo. Aquellos que acosan necesitan comprender el impacto de sus acciones y, a menudo, pueden beneficiarse de la consejería.
Involucrar a los padres
Las escuelas son un lugar importante para conectarse con los padres y difundir información sobre la seguridad en línea. Invite a los padres a talleres sobre el acoso cibernético y comparta la política de la escuela.