Educación preventiva, Cheaib: lengua materna para transmitir la fe cristiana a nuestros hijos
Cuando compilamos nuestro curriculum vitae, ponemos «lengua materna» entre los idiomas que conocemos. Es un lenguaje muy importante para nosotros, con el que no sólo podemos expresarnos, sino también soñar y sentir; es un lenguaje que forma parte de nuestro corazón, de nuestra experiencia. Por eso lo llamamos «lengua materna» y no necesita ninguna otra especificación porque la hablamos de manera excelente.
¿Por qué empiezo con esta analogía? Para hablar de la educación preventiva.
¿Educación? Una especie de «guerra» preventiva...
La educación preventiva, como la presentaré en este y el próximo episodio, tiene varios significados. Pero déjame poner la primera en una analogía inadecuada. Es una especie de «guerra» preventiva.
Puse la palabra guerra entre comillas porque educar a nuestros hijos de forma preventiva es cualquier cosa menos la guerra. De alguna manera significa prevenir las guerras de estrellas que suelen ocurrir desde la adolescencia, si no antes.
- ¿Qué significa esta educación preventiva y por qué utilizo la analogía de la lengua materna? Porque si transmitimos los valores de la fe cristiana a nuestros hijos desde que son niños, de alguna manera serán la plataforma desde la que saldrán para ver y evaluar el mundo, para evaluar sus propias elecciones.
Por supuesto que seguirán siendo libres porque lo que transmitimos no los modela en términos absolutos, pero al menos les damos una plataforma de valores y contenidos, una importante visión del mundo.
Alguien podría preguntarme si esta lengua materna, esta educación religiosa, no limita la libertad de sus hijos.
Educación preventiva: pedagogía de la lengua maternaAquí respondo con la analogía de la lengua materna: si le enseñamos un idioma a una persona, por supuesto que le estamos dando algo específico, pero no limitándolo sino convirtiéndolo en su trampolín para interactuar con otros idiomas. Lo mismo ocurre con los valores de la fe cristiana y sobre todo con el encuentro personal con Jesucristo.
Educación Si transmitimos este encuentro no es que estemos determinando a la persona sino que le estamos dando una sensibilidad, un poco similar a la musical. Si enseñamos a nuestro hijo a tocar el violín, no significa que lo estemos delimitando y por lo tanto no podrá aprender otro instrumento musical, al contrario, precisamente porque ha aprendido un instrumento podrá aprender otro más fácilmente y este es uno de los sentidos de la palabra «educación preventiva».
La próxima vez nos haremos otra pregunta quedándonos al margen de este tipo de educación.